07-06-08

Ser Joven es ser Revolucionario.


Ya lo dijeron muchos. No estamos descubriendo nada. Pero son tiempos difíciles los que atravesamos. Somos hijos de la democracia, y eso algo ha de significar...

Vivir en Chile significa al mismo tiempo muchas cosas. Herederos de una historia, de un cariño, de tragedias y sentimientos. Querámoslo o no, llevamos sobre nuestros hombros la identidad de un país.

Pensar hoy, significa algo diametralmente distinto a lo que significaba hacerlo diez, veinte, o cincuenta años atrás. Latinoamérica atravesó procesos de independencia, autoritarismos y diferentes clases de elecciones, se ha caído y ha tratado de levantarse: ha madurado.

Luego de dieciciete años de dictadura militar, y digo dictadura por el simple hecho de no poder elegir otra opción de gobierno, el nacer y crecer desde el año ochenta y nueve en adelante nos revierte inevitablemente con un matiz claramente político. Nuestros padres fueron beneficiados o perjudicados, pero es díficil mantener alguna indiferencia frente a la realidad nacional. Ante simplemente la realidad.

Somos seres concientes. Somos seres políticos. Pensamos.

¿Qué es la injusticia?¿Qué es la desigualdad?. A mí por lo menos jamás me ha faltado algo. Tampoco me ha sobrado. No creo en el resentimiento, me parece que ese que nace en cuna de oro es tan inocente como aquél que se limita a subsistir dentro de la pobreza. Pero, ¿por qué en un país con casi docientos años de historia, podemos siquiera tolerar la miseria? ¿Simplemente porque fue, es y serán las cosas de esa forma? ¿Ricos y pobres?

No puede ser posible que dentro de una cultura de mercado, un programa sea absolutamente exitoso al vender el drama de una comuna. Sencillamente no puede ser que la educación dependa tanto de la capacidad económica de la gente. ¡Si todos somos personas!

Somos jóvenes: tenemos que ser revolucionarios. Tenemos la fuerza, la capacidad: abandonemos el estancamiento, salgamos a la calle. Que no exista la derecha ni la izquierda, por favor, la justicia no puede abanderarse en un partido, la igualdad no puede ser consigna de una campaña presidencial: debe ser el lema de todos . Yo imagino la revolución, pero no veo violencia ni enemistades. Creo en la revolución de las personas, de los corazones, en algo mucho más trascendente que meras discusiones monetarias, clasistas, o partidistas. Y al mismo tiempo señores: en algo mucho más simple. ¿Es realmente tan difícil abandonar el egoísmo por una causa mejor? ¿Realmente soy tan iluso, por pensar que las cosas pueden, y deben mejorarse? Debemos avanzar. Hay un horizonte. Hay un lugar sobre el arcoiris.

La gente dice que la juventud siempre quiere cambiar el mundo. Yo digo que todos, niños, adolescentes y ancianos seamos también parte de esa juventud. Realmente no es tan complicado. Basta con recordar lo que hicieron los pingüinos con la educación. Lo que hizo el pueblo con el plebiscito del ochenta y nueve. Tal vez no logremos un paraíso en la tierra, pero al menos habremos avanzado. Y eso ya es bastante.

Somos Jóvenes. Aún nos queda una revolución que empezar.

2 Comentários:

Anónimo dijo...

javier yo creo q es la hora de q el mundo sepa que editas ochenta veces las cosas antes d publicarlas!

sí señores lectores, q todos lo sepan, esos textos bacanes no son fruto d la casualidad LO VI CON MIS PROPIOS OJOS! XD

oyee va a tocar leo quinteros de nuevo en una estación dl Metro...para q no digas q no t invito jajaja es el jueves creo!

chau.

Daniel Uribe Aranda dijo...

Wendy xD!

Escribí algo muy similar hace un tiempo!
Me gustó tu "pluma".. tiene mucho glamour furor!

saludos.-


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