27-07-09

Noche de Haikus.



Hoy he notado
En un cielo arrebol
Nuesto silencio

................

Nos hace falta
Arropar de cerezos
Este invierno

................

En cada esquina
Esperan insondables
Noches de papel

................

Hay que seguir
Añorando vacíos
En la escarcha

.

23-07-09

Avalancha de Trailers. De lo bueno, raro. Pero rico. (¿?)

No sé si valdrá la pena explayarse tanto en cada uno, pero convengamos en que llaman bastante la atención. Yo al menos me divertí echándoles una mirada.

Primero, lo último de Ellen Page. La película igual me llama, pero se ve bastante girly. Sobre todo con lo de Drew Barrymore dirigiendo. De todas maneras: c'mon man, its Ellen Page. (Y sí, me gustó The Devil Wears Prada. Después de eso, a todo le sobra testosterona).



Luego, the ultimate sex machine: Megan Fox. La chica del orgasmo constante y cuerpo perfecto nos trae un college horror film donde interpeta a una porrista que gusta comerse a los hombres con los que se acuesta. Tal como suena. Hormonas y popcorn al por mayor acompañados de una banda sonora tan indie como ondera. Mi sueño, hecho película. Cómeme Megan, cómeme.



Ah, y la escribe Diablo Cody, la chica tras Juno, ya que andamos con esas.

Finalmentee, y para terminar esta primera entrega de trailers que-no-prenden-tanto-para-ser-posteados-solos-en-una-entrada-del-blog-pero-igual-son-buenos, algo bastante interesante. Sam Rockwell, un tipo que siempre me ha parecido un gran actor, es dirigido aquí por el hijo de David Bowie. Es ciencia ficcion. Es la luna. Es indie. Y lo repito: es el hijo de David Bowie. Habrá que echarle un vistazo.



Saludos marcianos.

13-07-09

“Bajo Hielo”: El calor de una buena dosis de veneno.

Pablo Nadie (Daniel Muñoz), un ejecutivo carismático y afable, tiene un curioso pasatiempo: gusta atrasar lo más posible los vuelos que toma. Disfruta intensamente el sonido de su nombre por los altoparlantes de cada aeropuerto, goza cada vez que sólo su ticket falta para que el avión pueda despegar. Espera hasta último instante, y luego, con una presteza sorprendente, aborda. Por un segundo, Pablo Nadie existe. Por un segundo, Pablo Nadie importa.

Esta es una de las tantas -buenas- metáforas que plantea “Bajo Hielo”, el notable montaje que Heidrun Brier (esposa de Muñoz, y responsable, entre otras, de grandes aciertos teatrales como “Filóctetes”, el año pasado) ensambla basada en la obra del alemán Falk Richter. Porque “Bajo Hielo”, centrada en la vacuidad del mundo empresarial, habla de todo y de nada, con una sutileza y una fuerza conmovedoras.

¿Cuál es el fin de nuestros oficios? ¿Realmente trasciende lo que hacemos? Si trabajamos para un sistema frío, automático e implacable, ¿soy en serio importante, o me desecharán apenas noten que mi vida útil ha expirado? Éstas son las preguntas que rondan cada instante del texto, las que son respondidas a cabalidad por el excelente elenco conformado además por Néstor Cantillana, Gonzalo Muñoz y el prometedor Benjamín Velásquez.

Tenemos entonces una historia mínima -la del ejecutivo solitario y su triste intento por sobrevivir- , matizada por las pinceladas de mordacidad e ironía que aportan sus compañeros, dos miembros ejemplares del stablishment, especialistas en marketing, publishment, y un sinfín de siglas más, que, rozando el absurdo, “venden” el decálogo primordial de un asesor ideal. Se trata de un diálogo de sordos, una sucesión de monólogos donde los personajes aparentan escucharse, pero nada más buscan el silencio para romperlo nuevamente con sus propias historias. Tal como nosotros.

La crítica social es explícita y vehemente, pero jamás cae en la obviedad o en la redundancia, pues son las mismas vivencias de los protagonistas las que enrostran la crueldad del sistema. Percibimos el discurso (claro, ácido, genial), pero no nos entregan la totalidad en bandeja. Muchas veces, incluso, la densidad o la enorme extensión de ciertos textos, “hablan” además desde la forma, entregando un nivel más en la transmisión de su mensaje.

Gran mérito pertenece, por otro lado, a la puesta en escena pues los asientos están dispuestos en toda la extensión de la sala, y los actores trasladan la acción delante, atrás o al lado del público. Esto contribuye a la sensación de estar inmersos en la misma dinámica, remarcando y recordando nuestra participación en ese círculo vicioso que la misma obra deliberadamente ataca.

“Bajo Hielo” es una muy buena obra de teatro. Contemporánea, profunda y tan cínica como humana, alega desde muchos ámbitos. Utilizando con éxito elementos audiovisuales, manejando los tiempos con seguridad y elegancia, apropiándose e interviniendo los espacios con presteza e innovación, en el drama personal de Pablo Nadie se encuentran muchas historias, coinciden quizá demasiadas experiencias.

Será que estamos todos tan solos como su protagonista, o será que de una u otra forma nos negamos a aceptar el impávido invierno que nos asifixia lo creamos nosotros mismos.

Sea cual sea la verdad, tenemos aquí un estupendo espejo que ayuda bastante a esclarecerla. En serio. Muy Recomendable.


Cuándo: Hasta el 10 de agosto. Jueves, viernes y sábados a las 21:00 horas.
Dónde: Goethe-Institut. Esmeralda 650, Santiago Centro. Metro Bellas Artes
Cuánto: Entrada General: $5.000; estudiantes y tercera edad: $3.000; jueves populares a $2.000.

02-07-09

Ver el Sol.

"Ver el Sol", me dijiste.
Y yo me quede pensando.

Como un punto aparte.
Y dos más a continuación

"Ver el Sol", me dijiste.
Y yo me quedé como una distancia relativa.

Como dos puntos milimétricamente separados por una certeza infinita.

Ver el sol, intenté.
Y no quise ser más la retina.

No quise ser más los verdes paisajes en movimiento sobre las hojas.
La luz sobre tu pelo exhausto.
Ni los colores pálidos.

Me dijiste y la carretera al sol se desprende
Y se confunde en el contorno saturado obscuro
Me dijiste

Cuando ver el Sol, me dijiste.
No quise abrazar más tu sonrisa.
Pues verelsol, me dijiste.
Y me arrancaron tus mentiras.
Se sinceraron las cenizas
Me golpearon las verdades.
Descubrí que ya no existías

¡Todo es una mentira!

Centellas cubriendo el camino
Caricias cambiando de color
Una tenue puntada acribillando la mollera

Ver el Sol, me dijiste.
Ver el Sol, pensaste
¡Ver el Sol me grabaste!

. ..

Ver el Sol me susurraste

Arriba.
Frunzo el ceño y desvío los ojos heridos.
Frunzo el ceño y devío mis ojos que al final son tus ojos que no son más que mis ojos
Mirándote

En la certeza de la mentira
En los verdades del olvido
En las falacias del memoria
Veo el Sol

Y quisiera no ser más la retina.


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