29-05-07

La Metálica leyenda de Patricio Ortiz (cuento)

Estaba Patricio Segundo Ortiz Moya trabajando en su taller. Estaba más que nada aparentando que trabajaba. Estaba más que nada imaginando que aparentaba trabajar. Pero en realidad ni siquiera eso. En realidad estaba haciendo nada. Tiempo después, Patricio Ortiz murió sin darse cuenta. Pero mucho tiempo antes, él había aprendido junto a su abuelo (el mítico Lancelot Ortiz Chamorro) a trabajar los metales. Toda su familia seguía esta tradición, (se cuenta que el abuelo tenía ese nombre, porque el fundador de la estirpe de los Ortiz Chamorro había sido herrero del Rey Arturo).

Alguna vez escuché que Patricio Ortiz tenía más de 100 años, pero el hombre no aparentaba más de 50. Y era un cincuentón bastante bien conservado. De hecho, después de muerto, estuvimos conversando un buen rato, y durante unas horas fui testigo privilegiado de la leyenda… Pero se me olvidó. Lo que sí les puedo contar, es el resultado de la autopsia (que fue la semana pasada), y que incluso salió en algunos diarios clandestinos: mi buen amigo Ortiz, se había oxidado.

Nadie le encontró nunca una explicación al caso, pero en verdad, sólo yo sé el porqué.

Nadie manejaba el aluminio mejor que mister Patricio. Y existe la muy alta probabilidad de que nadie lo vuelva a hacer jamás. Muchos dicen que parte del Mítico Lancelot Chamorro Ortiz, vivía en él (si nadie pudo conocer mejor los secretos del metal, por algo será).

La cosa es que muchos años atrás (no puedo precisar cuantos) El Padre de Patricio Ortiz, Don Manuel Ortiz, sufrió un accidente. Muchos dicen que perdió su pierna derecha, pero al día siguiente del lamentable evento, Don Manuel Ortiz en persona ganó el Huemul Dorado en la centenaria carrera de los 100 metros planos.

De los fragmentos que recuerdo de aquella conversación post mortis que les comentaba, pude retener lo siguiente: Patricio, un día, casi cae dentro de la caldera donde hacía sus experimentos, y su padre al saltar más de 10 metros para evitar el accidente (pasando sobre la caldera), cayó mal y fue a parar bajo la rueda de la carreta familiar, que para peor, empezó a moverse por toda la casa. Patricio, que poseía conocimientos de medicina, no se le ocurrió nada mejor que implantar en la pierna de su padre lo único que conocía: el aluminio. La operación fue rápida, pues la densidad del gris metal apenas llega al tercio de otros “metales”, como el cobre o el acero. Don Manuel quedó impecable. Y mi compadre Ortiz Moya no halló nada mejor que investigar que pasaría si él mismo se implantaba fragmentos del curioso metal. Y resultó que mejoró sus condiciones notablemente (el problema fue que se involucró tanto en sus estudios que olvidó anotarlos).

Ahora, no tengo la más mínima idea de qué o cuáles eran los experimentos, o sus resultados, o como se los implantaba, lo único que realmente importa de toda esta historia, es que Patricio Segundo Ortiz Moya, el Legendario, El genio de los metales, El Nuevo Mítico Occidental… se quedó dormido frente al calor por tanto tiempo, que su vital y mágico componente fundamental… se derritió.

28-05-07

Sin City (reseña)


· Julio 14, Santiago.

12:25 pm

¿Qué hace a una buena película? ¿Edición, parlamentos, actores? ¿Algo con lo cual te identifiques? ¿Algo que sientas tan cerca, que incluso duela alejarse?

Sin City me golpeó, me pateó, me disparó en el suelo y después me soltó un solitario Te Amo.

La lluvia empapa mi mirada y poco a poco la siento desaparecer.

Sin City es mucho más grande que una película. Es una fabula sobre el amor, sobre lo que duele, y sobre lo que somos capaces de hacer por él. ¿Vale la pena morir por amor? Si. ¿Va le la pena matar por amor? Si. ¿Vale la pena ir hasta el infierno y revolcarse como un loco en el, solo por amor? Si.

¿Como decir eso, y al mismo tiempo encarnar semejante obra maestra? Con sudor, cojones, y amor al arte.

Sin City lleva a la peor esencia del ser humano a una brutalidad explícita. Y lo disfrutamos.

Sin City eres tú. Soy yo. Es tu vecino.

Un viaje trepidante hacia donde no duele asesinar a quien ha asesinado. Hacia ese lugar oscuro donde lo justo muchas veces se pierde en esa delgada línea que llamamos conciencia. Amor, violencia, venganza... Tarde o temprano, todo se relaciona.

Ese maldito instinto animal que te llama a hacerte el duro, ese disfraz que ocupas cada vez que abres los ojos y despiertas. Nada de eso importa. En Sin City, no somos personas, somos una sarta de seres corruptos, en carne viva, dispuestos a todo por sobrevivir. Y es en el frío silencio de un disparo cuando nos damos cuenta de quienes realmente somos.

Santiago, Buenos Aires, da igual. Todos llegamos de una u otra manera a esta Basin City. Todos nacimos de una u otra manera en Basin City. Escondidos tras una esquina, con el reflejo de un cuchillo iluminando la noche, contando los segundos para dar la estocada final a tu compañero, solo para que sea tu propio hermano quien acabe con tu vida. Es la ley del más fuerte, y es, precisamente ese más fuerte, la presa más fácil para las letales curvas de cualquier mujer que las sepa utilizar.

Sin City es dura, es honesta. Te perfora el corazón y te hace llorar. La Verdad muchas veces duele, y demasiadas veces, es innecesaria. Aquí los malos son malos, y los buenos sólo lo son de repente. Y van quedando pocos.

Sin City es la prueba viviente de que toda esta basura puede cambiar con solo una mirada, un aroma, un gesto. Y mierda, cómo lo necesitamos.

Sin City es una obra de trazos, atmósferas y elaborados planos. Brutal. Sucia. Directa.

Odio, asco, deseo. Todo está allá dentro. Aguardando. Acechando. Sólo mira en tu interior. Tal vez descubras que hay más de asesino allí de lo que imaginas. Tal vez te convenzas que la diferencia entre cielo e infierno son solo unos segundos. O una noche. Pero ten cuidado, lo que encuentres puede sorprenderte. No olvides llevar algún resguardo para los vómitos. Después de todo, caminado por el callejón indicado de Sin City, puedes encontrar... cualquier cosa.


SIN CITY
Dir: Robert Rodríguez/ Frank Miller/ Quentin Tarantino.
Basado en las novelas gráficas “Sin City” de Frank Miller
Act: Jessica Alba, Rosario Dawson, Bruce Willis, Clive Owen…
Año: 2005

United States of Chile (mini ensayo)


América. Suda(ca)mérica. Grados 17º y 56º Latitud Sur.

Chile.

Septiembre, Fiestas Patrias, Chi Chi Chi, Le Le Le, el Bam Bam y el Marcelo, empanadas y volantines, McDonalds, y Coca Cola… A ver, ¿Cómo fue? ¿McDonalds, y Coca Cola? Oye, cálmate un poquito.

¿Cuál es el verdadero país en que vivimos? O mejor dicho ¿Quiénes somos, en verdad los que habitamos este país? Bueno: chilenos, unos dieciséis millones aprox, y un poco más de mujeres que hombres. Eso es lo que sabemos. O por lo menos lo único que tenemos claro.
Porque de cultura, raíces o la tan vapuleada identidad, es bastante poco lo que tenemos para ofrecer. De hecho, nada. Porque Chile es un error. Si señor. Desde un principio fue un error. Nuestra historia se cimenta de nada más y nada menos, que sólo malas desiciones.

Empezemos: Cuaaando llegaron los españoles… La hicieron bastante mal. A la remarcable idea de traer a esos cultos, inteligentes y productivos colonos, perdón, delincuentes y asesinos, que no hicieron más que empobrecer las tierras, se suma el lindo hecho de que, años después, ni siquiera fueron capaces de ganar la guerra contra estos indiecitos a “guata pelada” que les peleaban a pedradas, dejando a este nuevo país gobernado sólo por pobres morenitos y campesinos. Y, ojo, no es que eso sea malo, para nada, el problema es que el mundo está controlado por unos pocos blanquitos y empresarios. Diablos.

Y si nos vamos a las odiosas comparaciones, definitivamente “salimos para atrás”. Los (ejem) Estados Unidos de Norteamérica son un país que curiosamente tiene una historia bastante familiar a la nuestra. Fueron colonizados, tuvieron peleas internas, y al tiempo se independizaron. La diferencia, es que los suscitados United States, son y serán una nación de aciertos: los colonos fueron gente rica y comerciante, llegaron hombres y mujeres (por lo que no se mezclaron con los nativos, evitándose un problema interno de discriminación racial) y más aún, eran blancos. Como es natural, fueron pasando los años, y siguieron “achuntándole”: Hicieron de su propia cultura un ente multirracial, hicieron de su economía la imperante a nivel mundial, y de sus costumbres un verdadero modelo a seguir. And so on, and so on… Nosotros en cambio, erradicamos totalmente la tradición originaria, nos adherimos (bastante patudamente eso sí) a la tendencia del menosprecio al indígena, y más encima nos hacemos cargo de un país tan endiabladamente largo, que el presidente(a), reina justo desde el medio, y no tiene idea de nada de lo que pasa en esas lejanas tierras conocidas como Arica o Punta Arenas. Y, oh sorpresa, de este mismo antecedente se desprende otro agravante para nuestra alicaída situación: no sólo tenemos pueblos originarios aplastados, si no que éstos son todos distintos a lo largo de nuestro país ¡Oh, my god! ¡Ni siquiera la identificación con los nativos es igual a lo largo de mi querido Chilito! Entiéndanse que no es mi intención hacerle daño querido lector, pero resulta que los mapuches (los más pop de este olvidado grupo) ni siquiera tienen una posición digna dentro de nuestra constitución, y legalmente son conocidos como “campesinos pobres”. O ¿Supo que hace algunos años el gobierno le entregó cocinas a los aymaras (zona norte esta vez) para que salieran adelante? Bueno, resulta que las cocinas quedaron ahí botadas (de estante en los mejores casos) ya que los aymaras tienen algo semejante a una “cultura” y NO UTILIZAN COCINAS. Mire, le aconsejo que, si va a seguir leyendo, mejor siéntese en un lugar seguro.

El gran problema del chileno es que no “es”, sino que “quiere ser”. ¿Por qué? Porque cuando la globalización nos alcanzó, no tuvimos armas para recibirla e integrarla, por lo que finalmente terminó por absorbernos. No tuvimos una base sólida con la cual defendernos, y el avance internacional se posicionó sobre la nada que teníamos y allí se quedó sin resistencia alguna. Ni siquiera me tomaré la molestia de preguntar si alguien por aquí cerca sabe algo de mapudungún.

Casi sin darnos cuenta todos nuestros valores se trastornaron, y nos hicimos férreos seguidores del American Dream, olvidando completamente que somos una nación joven, privada de riquezas y enfrascada en eternas disputas con los países con los cuales limitamos. De un día para otro quisimos comparar a los Selk’nam con la civilización griega, en fin, es cosa de visitar cualquier jardín infantil: anda toda la manga de revoltosos jugando a los vaqueros e indios, pero no tienen idea de lo que es un huaso.

Dios mío… Lamentablemente, la visión imperante es una mezcla entre la Europea (cuna de la cultura) y la Norteamericana (que hasta el gentilicio nos quitaron, porque para el resto del mundo los americanos; son ellos) Y nosotros estamos inmersos hasta el cuello en ella. ¿Las razones? Al ser encarnados erróneamente, nuestra base es inestable. Nunca quedó claro si lo bueno era ser español o nativo. Aprendimos a discriminar, siendo que nosotros mismos éramos los discriminables Y al estar constantemente en esta lucha, fuimos influenciados hasta el colmo. Una muestra clara está en nuestra educación; un ejemplo claro… vámonos a la famosa “cultura general”: ¿Usted sabe quien fue Michimalonco? Algo le debe sonar, bueno, le explico, Michimalonco fue el caudillo que encabezó el asalto e incendio de la recién fundada ciudad de Santiago el 11 de septiembre de 1541. Una de las más grandes derrotas españolas. Búsquelo en Internet si quiere. Hay poquito en todo caso. Ahora, segunda oportunidad: ¿Usted sabe quien fue Caupolicán? ¡Sí! ¡El que murió en la pica! ¡Incluso hasta un teatro hay con su nombre! Pero… oye, igual es harto vergonzosa la muerte del tipo. Fíjese que si nuevamente acude a su confiable amigo el Internet, encontrará páginas y páginas del pobre Caupo, humillado en sus horas finales.

Muchachos, los mapuches fueron una raza noble, guerrera y sobre todo digna. Lucharon por siglos contra las avanzadas armas europeas sólo con lanzas, piedras y lo que fueran implementando. La sangre araucana es sinónimo de valentía y coraje. Sin embargo hoy día si tienes apellido Huaiquiman, encontrar trabajo es una verdadera odisea. Un último ejemplo: cuando alguien comete un error, le gana la tecnología o no conoce las normas de comportamiento, es tildado comúnmente de (chachachachán) huaso. Así sin más. Pero anda tu a poner la radio, uno de los estilos de música más populares son las clásicas rancheras.

Bueno, y al final, ¿Qué es lo auténticamente nuestro entonces? Los flaytes, los lanzas, los PICO que adornan nuestras paredes, el pollito al velador, la farándula, el gusto por las argentinas, la obesidad, las papas fritas, el ketchup, no las palomitas, sino que el “pop corn” y los personajes “low perfil”. No hay orgullo ni siquiera por lo levemente tradicional, ya el ínfimo atisbo de “Tiranas”, Rancagua y Chilotes que aparece en Septiembre, son una soberana lata para la población media.

Hermano, si no está de acuerdo: atrévase a tirar una cueca en cualquier fiesta… Ve? No queda más que decir entonces.

Viva Chile.

A propósito de Truman (reflexiones sobre la realidad)

Abril del 2007. Casi Mayo. En fin, puede ser diciembre del 2099, y todavía existen preguntas poderosamente latentes, respuestas que traen más dudas, y dudas que son en sí mismas una respuesta.

La realidad es un aspecto demasiado complejo de la existencia que muchas veces pasamos por alto. Lo damos por sentado y nos limitamos a inspirar y exhalar mientras la Tierra gira. Transformamos oxígeno en CO2, y a este paso, es bien difícil que lleguemos algún día algún lado.

El método de la duda Cartesiana sigue siendo bastante válida, pero el debate hoy se sitúa en la conveniencia de aplicarlo: si ya estamos lo suficientemente aproblemados en este retazo de realidad, ¿para qué agregarle más peso a la carga?

Ética, moral, flojera, o como se le llame, cada día la pregunta se acompleja más, y nosotros sólo nos acordamos de ella en nuestras clases de filosofía.

Lo terrible es que aún siendo conscientes de esta situación, no hacemos nada por mejorar, cambiar, o por último simplemente afectar de algún modo el curso de estas aguas que evidentemente no se dirigen hacia el mar.

Es aquí donde se vuelve interesante reflexionar sobre nuestro propio rol en esta sociedad imaginaria. Sea ésta un sueño o una ilusión, internamente la conciencia de realidad (esa multiconfiguración de dimensiones) nos dice que de alguna forma no estamos solos en este mundo, y que independiente del debate ideológico que se lleve a cabo, existe una remota posibilidad de que aquellos seres que caminan a nuestro lado, sí sean, efectivamente, reales, y que en sus caras de dolor se refleje directamente, la sensación física y emocional de la amargura.

Es necesario rememorar esta paradoja, y tenemos más que claro que nadie ha podido responderla, pues es imposible que algún día sintamos algún tipo de “yo” que nos confirme la verdadera existencia de otro “yo” singular habitante en otro cuerpo. Empíricamente sólo contamos con imágenes, continuas obras de teatro, mientras que racionalmente, el miedo a la soledad nos continúa empujando a hacernos parte de algún tipo de escena.

Esta ensoñación en la cual vivimos, nos guste o no, se constituye de sensaciones, emociones, experiencias, recuerdos y esperanzas, una vorágine tal, que es imposible escapar ilesos.

Sea cual sea el caso, el capítulo del cual somos parte nos pertenecerá siempre en alguna medida, y sea real o no, es donde nuestra propia conciencia se desenvuelve, y debemos sobrevivir, no solo sin dejar de respirar, sino también, procurando que el dolor que tanto nos disgusta sentir, no se repita en más personas.

Es claro que el concepto de realidad es netamente dudable, sin embargo, mientras no estemos todos completamente seguros y de acuerdo en algo; es imperiosamente necesario que trabajemos todos juntos, reales e imaginarios, para que este sueño del cuál somos parte no se siga convirtiendo cada día más… en una pesadilla.

¿No creen?

Mecánica Popular


Radiografía de Sentimientos & Rock

A propósito de la maravillosa presentación ofrecida el pasado enero de este año en la sala master de la universidad de chile, reeditamos esta humilde reseña publicada anteriormente en un olvidado y perdido blog llamado "...vestirla para que no se resfrie" Espero les guste.

"No tengo una lista previa de canciones... asi que... tocaré lo que el corazón me dicte" Con esta frase, un melancólico Manuel García adelantaba al reducido grupo de fans reunidos en la sala scd del mall plaza vespucio el tono que marcaría aquella magnífica presentación: puro sentimiento.

Sí señor, Fuerza y sentimiento. El Mar y el Amor reunidos. Azul contra Rojo.

Porque Mecánica Popular es mucho más que una banda. Es un completo viaje a través de las notas de un poema, un recorrido espacial por el sube y baja interminable de las emociones. Y en una fría noche de Septiembre, estos cuatro tipos sencillos, se encargaron de llevar a su público con ellos.

Son alrededor de las diez y media de la noche (¿es el tiempo realmente importante?) y el vocalista estelar del grupo, Manuel García, salta al escenario para iniciar la primera parte del show. El disco "Pánico", produccion solista del mencionado intérprete, se preparaba para invadir el ambiente. Y de que forma, porque la prolija guitarra y la deliciosa voz de este silvio rodríguez moderno (y, gracias a dios, chileno) emborrachó de música a los espectadores, mientras derrochaba talento en grandes interpretaciones de "la danza de las libelulas" y "la pena vuela". La gente respondía, y a los pocos segundos la tarea ya parecía cumplida; mientras tanto, el resto de los integrantes de la banda subían poco a poco al escenario para acompañar sutilmente los temas, logrando que los emocionados asistentes definitivamente terminaran sumidos en una ensoñación romántica de la que nadie quería despertar.

Pero Manuel se detuvo. Break en el espéctaculo, aplausos y una segunda parte pronta a comenzar. Murmullos. Se sentía en el aire el preludio de otra gran presentación. De pronto Ronnie Guitierrez se dirige decidido a su batería, y el público comienza a seguir entusiasmado los compases de un potente "solo". Luego, los golpes se hicieron base, y ahí se quedó un par de minutos. Tun, Tun, Tun. La espectación crecía, hasta que sorpresivamente, los tres elementos restantes irrumpieron en la acción, y tomando sus armas, dispararon con insolecia "La Flor del Viejo Hotel".

Se acabó.

El público salta efervescente.

Mecánica Popular estaba, por fin, de lleno en su oficio. Gritos y más aplausos. García se tira un par de tallas. Risas. Esto es Rock señores. Acordes perfectamente ejecutados y sonidos eclécticos revientan la sala. En esos momentos sólo se podía hacer una cosa: Cerrar los ojos, cantar, disfrutar, sentir... por la cresta, que tremendo grupo es Mecánica popular.

Y así, sin que nadie pudiese evitarlo, los minutos volaron. Canciones y más canciones, material inédito y golpes como "los perros de la sangre" y "el Sol a veces se equivoca" inundaban los oídos. Tremendos. Una actitud diferente y músicos realmente excelsos llenaban todos y cada uno de los espacios del local. Una y dos salidas. Pero los más fanáticos seguían pidiendo más de esta genuina, (según Rolling Stones) "supernova musical". Finalmente, y despues de intensos momentos (Manuel García incluso entonó una emocionante versión de "El Arado", de Victor Jara, con su hijo en brazos) la catarsis se instaló en el recinto, cuando "Gato" arremetió casi como dando una estocada final, pateandonos en el suelo, y dejandonos allí tirados, en la espera de una nueva presentación.

Y con la misma fuerza del comienzo, la habitación quedó sin sus principales protagonistas.

Simplemente notables. Más allá de una leve pifia en el acople de la guitarra de Diego Alvarez, o de la excesiva solemnidad en la sala, Mecánica Popular brindó un tremendo espectáculo. Un nivel excepcional, y una calidad digna de cualquiera de los viejos cracks del rock mundial. Sólo faltaron los clásicos saltos en cancha, pero bueno, se entiende que no se puede pedir más a una sala scd, que de todas maneras se encargó de compensarnos con su clásica cercanía a uno de los principales exponentes de esta genial nueva movida under chilena.

En resumidas cuentas, una presentación redonda, que definitivamente nos hizo girar. Así como encerrados circulos perfectos. Así como casi jugando al gato.

Nada más que decir. Cambio y Fuera.

360º (cuento)

Son las cuatro de la tarde y mientras Sandra se enamora de Santiago, los minutos vuelan distraidos. Santiago, a su vez, no se imagina que él tambien ama a Sandra. Ninguno de los dos sabe bien qué es lo que harán esta tarde.

A las ocho de la noche, llegan Iganacia y Fabrizio. Igancia dejó de amar a Santiago, mientras que el Fabri no puede creer las cosas que pasan por su cabeza.
Claudio piensa que nada se cumple si es que lo piensas antes, por lo que trata de no pensar mucho mientras camina entre silencios por ahi por el veinte de Tucapel Gimenez.

Un perro corre desesperado por la acera.

El policía apaga resignado el último cigarro contra el piso y busca con la mirada la sombra que huyó desesperada unos minutos antes. Tiene un nutritivo sandwich esperandolo en el auto, y realmente no quiere volver a la casa.

Santiago definitivamente está confundido, Iganacia y Fabrizio conversan animadamente, Claudio no alcanza a sacarse las manos de los bolsillos cuando choca con el poste, al perro le da por orinar y el policia hecha de menos "unas buenas canciones de Led Zeppelin".

A las nueve de la noche, se cierra el terminal de buses y a sandra se le escapa una lágrima. Al llegar a la esquina todos se miran y uno de ellos sonríe.

Sólo queda un último taxi.

La primera productora que no hace cine

Lo vive.

Jajajaja, melomanías aparte, me presento: Javier Manriquez, único miembro de esta perdida empresa. Aviso: éste vendría siendo mi segundo intento de blog, puesto que el primero murió por una increíble falla técnica. Digamos que hasta que alguien no se le ocurra inventar un mail que termine en "cpm" en vez de "com", no podré acceder a mi anterior cuenta.

Ahora, ¿por qué lo de productora? Bueno, hay que mirar al futuro, ser optimistas. Por el momento, esta direccion se convertirá en el humilde espacio de expresión de un joven puentealtino que sueña con hacer películas, escribir historias, y cambiar el mundo.

¿Acaso no somos todos extras de una película ajena? ¿Acaso no protagonizamos también a diario nuestras propias sitcoms? Bueno, mi película actual se llama "vida" y por estos lares irán apareciendo las crónicas, reseñas, proyectos y pensamientos de esta voz sumida en las andanzas para-psu-disiacas del diario vivir.

Bienvenidos a mi cabeza, everybody... si ponen atención, tal vez se reconozcan.

Buena suerte.


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